Estofa, que no estafa, significa (según el RAE) calidad o clase. Se puede usar, a modo despectivo, "de la más baja estofa" referido a personas, dando a entender que son malas o despreciables.
Estafa y timo (sin perjuicio de los significados o aplicaciones que en Derecho puedan tener) tienen en común el que haya dos partes: la que engaña (A) y la que resulta engañada (B). El engaño en estos casos tiene como fin que A se enriquezca a costa de B. Osea, si le dices a tu padre que has cenado y es mentira, no sólo sales perjudicado tú (que te has quedado sin cenar): tampoco has estafado a nadie puesto que no te has enriquecido. Y no me refiero a que por la noche no te hayas preparado un condumio que incluya algún caldo, salsa, sopa, guarnición o acompañamiento hecho con cubitos de concentrado (lo siento pero bajo mi óptica personal y dudosamente transferible, los cubitos de concentrado son
veneno puro: sal y grasa comprimida: allá quien los coma si no se informa adecuada y rigurosamente -y no, éste mi punto de vista, es al menos no riguroso-).
En este post, me estoy yendo por las ramas, y yo lo quería hablar de estafa y timo (y en este caso tampoco me refiero a la glándula donde maduran los linfocitos T...)
Volviendo al tema que nos ocupaba: en la estafa como en el timo, hay un ánimo de lucro, por una de las partes, a costa de la otra y usando el engaño.
Lo que las diferencia es que
en el timo el uso del engaño se da en ambas extremos, mientras que
en la estafa es sólo una parte la que usa el engaño.
Ejemplo de estafa:
Benito va a la tienda de
Antonio (personajes ficticios, entiéndase), y pide 1 kg de caviar. Aunque se lo cobran a precio de caviar (osea, muy caro), le sirven otra cosa: un sucedáneo de peor calidad, o se lo dan podrido, o en definitiva, no le dan aquello por lo que ha pagado y además lo hacen a sabiendas: para Antonio lucrarse a costa de Benito.
En el timo, Antonio intenta engañar a
Benito PERO haciéndole creer a Benito que es al revés.
Imagina:
Benito va por la calle y ve un indefenso y perdido billete de, digamos 10€.
Benito dice: ¡uy, que bien! Y se apropia del billete.
Benito se aprovecha de una situación de inferioridad por parte del billete (no sólo está en el suelo, es que está en el suelo y solo: doble inferioridad, de altura y de número). Benito se lleva el billete y claro, el pobre billete no puede defenderse.
Benito sigue caminando y se encuentra con una persona y que dice llamarse
Carmen que (aparentemente) sufre algún tipo de discapacidad mental, y va vendiendo billetes de 10, 20, 50€ a quien quiera comprárselos por 1€, diciendo que son cromos del Club de Petanca y Bolos de Samaniego de Cea de la Barca Pinchada de Abajo Lacuesta. Entonces
Benito, que casualmente lleva encima 2.000€ en monedas porque trabaja en una empresa de tragaperras, le compra a
Carmen todos sus cromitos (unos 100.000€ así, a ojo de buen cubero) por 2.000€ en monedas, asistido por
Damián, que pasaba por allí, y que también llevaba monedas y convence a
Benito de que a
Carmen, la pobre, va a ser más feliz con monedas relucientes que con sus cromitos. Claro, lo que el ingenuo de
Benito no sabe, es que no sólo está mal aprovecharse de alguien de esa manera tan ruin y miserable, sino que
Antonio, está conchabado con Doña
Carmen, que es su esposa y de tonta no tiene un pelo, y con
Damián, el hijo de ambos. Y que aprovechando un descuido, le dan el cambiazo a los cromitos y se los cambian por recortes de periódicos. Y
Benito se ha quedado sin la recaudación de monedas del día y con un palmo de narices,
porque le han timado presentándole una situación de la que él, con engaño, ha intentado sacar tajada, pero le ha salido el tiro por la culata.
Los personajes de esta historia (Antonio, Benito, Carmen, Diego) además de estar en orden alfabético son ficticios, claro está. Pero con ese
modus operandi se sigue timando a incautos. Es el conocido timo de la estampita (en vez de cromitos), también perpetrado en una variación con los billetes negros (te venden unos billetes tintados de negro y unos productos que supuestamente van a destintar los billetes, pero lo que te dan no son billetes tintados sino cartulinas negras), o en tiendas "de informática" donde te compras un ordenador dicen que te han puesto un sistema operativo y es mentira, porque te han puesto el
hasecorp itsua y encima pirata.
En el timo del tocomocho (tocó mucho)
Antonio (que se puede llamar también Profesor UngaMunga, profesor bueno, profesor vidente africano saber números de lotería) finge tener un billete premiado de lotería de 10.000€, por ejemplo. Alegando cualquier excusa tonta (por ejemplo: tengo que salir pitando del país porque mi mujer me espera en un bosque de Pernambuco para ir a pintar las persianas de nuestra cabaña en el bosque), se ofrece a vendérselo a
Benito por menos valor (digamos 5.000€) que el incauto de
Benito saca del banco o de debajo del colchón. Pero lo que le dan a
Benito es un billete de lotería más falso que una moneda de 3,1415€ moldeada en PVC, mientras el profesor vidente africano magia negra mal de ojo UngaMunga se gasta los cuartos en una TV de plasma y otros aderezOS.