Blog de Cymo - un poquito abandonado

sábado, 19 de noviembre de 2011

Recetas de Hummus según JBA

Pues nada, otra recetilla más para el blog. En este caso, adquirida desde los sabios consejos de mi compañero de trabajo, el Sr. JBA.

El humus se ha de comer lo más reciente posible. Idealmente, se come templado, recién hecho. No tolera bien el paso del tiempo, y aunque lo refrigeremos, perderá parte de sus cualidades organolépticas de un día para otro.

¡Sorpresa! El hummus es puré de garbanzos (no confundir con el otro humus). Se puede servir con múltiples acompañamientos, de los que exploraremos dos: guarnición de carne y salsa tahína (este es el nombre con el que la hemos bautizado, a lo mejor en otros sitios le llaman diferente).

Ingredientes para el humus:
Garbanzos de calidad. Recomiendo "pedrosillanos" de La Bañeza (de marca Luengo, son los que yo gasto y salen excelentes).
Levadura royal "química", o bicarbonato sódico.
Aceite de oliva virgen extra, del bueno.
Sal.
Tahín blanco (puré de sésamo, pero que sea blanco, no tostado: se consigue en herboristerías).


Ingredientes para la salsa tahína:
Tahín blanco.
El zumo de medio limón.
Un diente de ajo.
Pimienta negra.
Pimentón de La Vera (u otro, pero que sea del bueno).
Perejil.

Ingredientes para la guarnición de carne:
Carne picada (lo "tradicional" sería carne de cordero, pero podemos usar la carne picada que queramos: pollo, vaca, ...)
Cebolla de cocinar
Pimienta negra
Aceite de oliva
Sal
Piñones
Perejil picado.


Ingredientes Accesorios (podemos elegir todos, algunos o ninguno):
Pan de pita.
Tomate.
Cebolla
Endivias
Pepinillos
Guindillas



Elaboración del hummus
Se ponen a remojo, con 24 horas de antelación, los garbanzos (bien cubiertos de agua) con un sobre de levadura Royal "química" (o bicarbonato sódico si no tenemos levadura). Podemos usar la misma olla donde vayamos a cocerlos.

A las 24 horas, lavar los garbanzos remojados con abundante agua fresca, para eliminar los la levadura/bicarbonato. Vamos a cocerlos destapados (agregar un poco de sal al principio) durante una hora a fuego medio (justo justo al pil pil, que burbujee el agua). Hay que prever que tendremos mucha evaporación de agua, por lo que tomaremos la precaución de llevar la olla bien hasta arriba.

A la hora, retiramos del fuego y con ayuda de un cazo o espumadera, los vamos echando en el recipiente de picado de la picadora o batidora-picadora:

Picamos los garbanzos hasta obtener un puré muy denso. Para hacerlo más líquido, añadiremos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra (y seguimos picando o removemos). Si con el aceite no fuese suficiente para obtener la consistencia deseada, y para no estropear el humus con demasiado aceite, podemos añadir un poco de agua templada o alguna cucharada de Tahín.
Ajustada la consistencia al grado deseado (tampoco tiene que quedar líquida), probamos el punto de sal y si fuese necesario, añadimos más. Reservamos el puré.

Salsa tahína:
En un cuenco ponemos 2 partes de Tahín (3 ó 4 cucharadas soperas bien cargadas). Añadimos 1 parte de zumo de limón (el zumo de medio limón) y removemos con una cuchara, hasta que quede bien mezclado. Después añadimos dos partes de agua (el doble de cantidad que hayamos puesto de zumo de limón), poco a poco, mezclando bien con la cuchara. El tahín emulsiona muy bien, y quedará todo bien mezclado. Si nos hemos pasado con el líquido, siempre podemos añadir más tahín, poco a poco, hasta compensar.
Una vez tengamos todo mezclado, añadimos un poco de pimienta negra molida.

En una tabla de cortar, seleccionamos unas cuantas ramas de perejil (6 ó 7) y descartando los tallos, picamos lo más fino que sepamos, la parte de las hojas con un cuchillo. Igualmente, pelamos un diente de ajo, le quitamos el tallo central (para que no tepita) y lo picamos lo más fino que sepamos.

El perejil y el ajo picados se incorporan a la mezcla emulsionada de tahín-agua-limón y se remueve bien. Añadimos un poco de pimienta negra molida, al gusto (y removemos). Decoramos la salsa con un chorro de aceite de oliva virgen extra y con un poco de pimentón espolvoreado. Reservar.

Guarnición de carne:

Picamos la cebolla fina.
En una sartén, ponemos un poco de aceite a calentar y, cuando esté bien caliente, espolvoreamos un poco de pimienta negra. Disfrutamos del olor, y cuando la pimienta esté ligeramente tostada, añadimos la cebolla fina.
La cebolla tardará un poco más en hacerse que la carne, así que echamos la carne después de la cebolla, y vamos removiendo con una cuchara de palo. Sal al gusto. Reservar.

Ingredientes Accesorios:

El humus, tradicionalmente, se comía con las manos. Para ayudarse en la tarea, podemos hacer "cucharas" con vegetales. Las hojas de las endivias a modo de barcas, la cebolla cortada en gajos de los que sacamos láminas cóncavas; rodajas de tomate, pepinillos, guindillas... muchos vegetales son aptos para ser usados como "cucharas comestibles".


El pan de pita también podemos usarlo. Sólo hay que acordarse de remojarlo brevemente en agua del grifo y tostarlo (tostadora o sartén limpia y caliente).


Presentación 1:



En un plato, hacemos un "volcán" con el puré de garbanzos y en el centro, echamos salsa tahína. Podemos espolvorearlo con un poco más de pimentón si queremos (las salsa ya lo llevaba).
Se come con cuchara, ya sea tradicional o "comestible" (endivias, tomate, pan de pita ...)

Presentación 2:


En un plato ponemos una capa de puré de garbanzos, cubrimos con una capa de guarnición de carne y salpicamos de piñones y perejil picado.

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martes, 5 de junio de 2007

Receta del Estofado de Pavo estilo Cymo

Dificultad: fácil.

Ingredientes para tres personas:

300 gramos de carne de pavo para estofado.
Sal
Aceite de oliva
1 cebolla grande
1 pimiento verde grande (unos 400 gramos)
Brandy

Preparación: se pica la cebolla, no hace falta muy fina, y el pimiento en Juliana. En una cazuela a fuego medio-alto, echamos aceite como para cubrir el fondo. Sin pasarse. Se echan la cebolla y el pimiento picados y un POCO de sal, y se deja rehogar (dorar) y mientras, con todo caliente, echamos Brandy al gusto (con una cucharada sopera será suficiente). Así nos aseguramos de que evapora el alcohol.
Mientras, echamos otro POCO de sal a la carne de pavo cortada en dados y la echamos a la cazuela con el Brandy ya evaporado. En principio el estofado requiere freír y luego cocer, por tanto pensaríamos que es momento de añadir agua. Pero no: tanto la cebolla como el pimiento y el pavo, soltarán bastante agua en el proceso, así que probablemente no necesitemos echar NADA de agua (si le queremos echar, que sea agua calentada previamente en el microondas). Sin poner el fuego a tope, y dejándolo todo unos 10 ó 15 minutos hasta reducirse, la cebolla acaba caramelizando y deshaciéndose hasta hacerse indistinguible de la salsa. Entonces está listo para servir.

Variaciones: se puede echar, con la cebolla y el pimiento, unos dientes de ajo picados y/o pimienta negra o bien echarle curry (al final, que si no se amarga).

También se puede servir con salsa a la pimienta.

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Receta de los Cogollos de Tudela con Salsa Roquefort

Dificultad: poca-media

Ingredientes para tres personas:

9-12 cogollos de Tudela (3 ó 4 por persona) -cogollos de lechuga, no tienen por qué ser de Tudela-
Sal
Aceite (de oliva, preferiblemente)

Para la salsa
100 gramos de queso Roquefort
200 ml de nata de cocina

Opcional: ajo picado, pimienta negra y/o verde

Preparación:

Se limpian bien los cogollos de lechuga (podemos ponerlos a remojar en agua con un chorro de vinagre y aclararlos bien). Los echamos a una cazuela con agua suficiente y un poco de sal (ojo con la sal, que además de ser perjudicial en exceso, la lechuga se sala enseguida). Ponemos a calentar y cuando rompa a hervir, esperamos unos minutos. La lechuga se cuece enseguida. Cuando estén cocidos, quitamos el agua y reservamos los cogollos.

La salsa de Roquefort: en un cazo pequeño, ponemos un POCO de aceite de oliva a calentar sobre fuego lento. Cuando esté caliente, echamos el queso Roquefort cortado en dados lo más pequeños que podamos, y lo vamos moviendo hasta que se funda y tengamos una crema. Entonces, iremos echando la nata, poco a poco, sin dejar de remover en ningún momento (con una cuchara de madera, por ejemplo). La salsa tiende a quemarse, por lo que es importante que el calor no sea en ningún momento lo suficiente como para que burbujee la salsa, y no hay que dejar de moverla suavemente en ningún momento. Además, a medida que se va reduciendo por evaporación, conviene bajar el calor, puesto que al perder volumen, tiende a quemarse con todavía más facilidad. Retirar del fuego cuando la salsa se haya reducido aproximadamente a 2/3 de su volumen inicial (según cómo la queramos).

Se colocan los cogollos cocidos en un plato y se riegan con la salsa de Roquefort.

Variaciones:
A la salsa, se le puede añadir, junto con la nata, ajo rallado y/o pimienta negra rallada e incluso pimienta verde. Según los gustos de cada uno. Para que tenga menos calorías, se puede cambiar el aceite de oliva por un poco de agua y utilizar leche en vez de nata.

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